La vida bajo el émbolo alitera
cada hora, cada día de cada año,
sus chirridos de máquina en sordina;
es más de bares que de milibares,
de depresiones en vuelo rasante
como una épica gris de cucarachas.
El cielo alto sonríe con sarcasmo
porque lo ha visto todo: el odio puro,
los francotiradores del pasado,
estas explotaciones descarnadas,
niños al otro lado del vil cuello
de la botella, donde no hay veleros
ni cabe, José Luis, la libertad;
losas ardiendo más acá de Sol,
su puerta abierta a toda oscuridad,
la gran erosión que nos mutiló
de los que fuimos, de quienes quisimos.
¿Que por qué ríe el cielo con desdén?
¿Quieres otras razones así en crudo?
Hay siete mil doscientas noventa y una.
sábado, 21 de diciembre de 2024
Bajo el émbolo
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