miércoles, 13 de noviembre de 2019

Lucidez

A veces, la lucidez me llega sin trazas de alcohol, sin selfies, ni postureo. Es más real, no necesita espejos, brindis, grandilocuencia. Se fija en pequeñas cosas que fueron muy grandes; las resalta con una sonrisa triste, alza los hombros. "Es lo que hay". No contempla esperanzas pero halla consuelos.
"¿Recuerdas que pensabas que no ibas a volver a sentirlo, que estabas más allá del amor?". 
Desatiendo mi reflejo en el agua del vaso, la miro con mis lentes de lágrimas.
Le contesto: "Es verdad".
Me dice con sencillez: "Pues ya ves que no".
Y no hay desconsuelo, ya ves, sino consuelo.
 

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Esta entrada es una respuesta a la del 24 de agosto de 2017, titulada "Un cero sincero". Queriendo ambas ser verdad, lo que aquella tuvo de artificio en esta es sencillez. Hasta se filtra una luz que otras veces me he negado a ver.
    Puede que quiera seguir explorando esta vía.

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